Somos materia viva, partículas en movimiento, nos desfragmentamos cada segundo para volver a unirnos y conectarnos con la materia inerte. La energía viaja y nos conecta a un espacio intervenido por el movimiento. El movimiento por más lento que sea tiene un efecto, trasciende y deja huella. Somos energía transformada y materia desfragmentada. Podemos sentir el sonido, escuchar el movimiento, escuchar las partículas que se forman y nos transforman. Usando un escáner como herramienta principal, cuerpos y objetos se fragmentan y transforman, interactuando entre sí, reinventados en un todo, adquiriendo movimientos y sonidos sintetizados que dan un sentimiento de unidad entre el espectador y la obra en cuestión. 

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